El vampiro de colmillos de leche se afila ahora los bigotes. Famoso por su papel de Edward Cullen en
'Crepúsculo', el bisoño Robert Pattinson estrena este viernes 'Sin límites', donde encarna a un Salvador Dalí posadolescente. El filme, dirigido por Paul Morrison, aborda la trémula juventud de Lorca, Buñuel y el propio pintor catalán en los años de la Residencia de Estudiantes.
Lorca y Dalí en la película.
En conversación con elmundo.es, Pattinson habla de la película, reflexiona sobre su fama y nos confiesa pequeños secretos. Con sus 22 añitos de modales exquisitos, el actor elige escrupulosamente las palabras. Pero una pregunta lo sorprende con la guardia baja: ¿cuál es su cuadro favorito de Dalí? "Ah... Ehm... Hay, hay... hay muchos".
Falsa alarma. Tras el titubeo inicial, Pattinson muerde una crítica inteligente: "Me encantan sus obras de los 70, cuando se le denigraba porque sólo hacía retratos de gente rica que le llenaba el bolsillo. Pero me fascina que invirtiese apenas dos días en pintar cuadros tan reales como fotos".
Ha preparado el personaje a conciencia, aunque confiesa que sabía muy poco del artista y se obligó a leer varias biografías. ¿Conclusiones?
"Su vida real era una continua 'performance': adoraba contradecirse a sí mismo y confundir a la gente. Empecé a construir el personaje desde ese ángulo: alguien tan introvertido que consagró toda su vida a manipular la percepción que el público tenía de él".
'La escena de sexo entre Lorca y Dalí es traumática'
'Sin límites' tampoco pretende asentar verdades absolutas en torno a las difuminadas biografías de sus protagonistas. El filme es presagio de controversia por su retrato de la relación entre Lorca y Dalí.
Pattinson opina que la realidad en este caso es muy frágil: "Ninguno fue explícito al respecto. Dalí tardó años en reconocer cuánto había significado Lorca para él, pero las cartas que intercambiaban evidencian un vínculo. Y si eso conllevaba... En fin, ¿quiénes somos para juzgar? Entre ellos no había un romance corriente. Era algo distinto, tal y como yo lo interpreto".
Cartel de la película.
El actor londinense defiende que 'Sin límites' se basa en una interpretación posible de la realidad. Y esa versión incluye escena sodomita entre el pintor y el poeta. "En esta película, las escenas de sexo son sórdidas", explica Pattinson. "Aunque se cree enamorado de Lorca, Dalí sufre un colapso nervioso porque tiene fobia al sexo. Le aterra tanto penetrar como ser penetrado, es un pánico que arrastra toda su vida. El filme sugiere que el episodio con Lorca fue su única vez. La única".
Analizado todo esto, cabe preguntarse si Pattinson se parece en algo a Dalí. "Sí, comparto con él su hipersensibilidad. Yo era muy tímido de niño". Y de mayor. "En el rodaje, los españoles no tenía ningún rubor con los desnudos. Los ingleses, en cambio... (Una risa nerviosa entrecorta sus frases). Javier Beltrán (Lorca) estaba en bolas y tan tranquilo".
¿Acaso Pattinson no se regocija enseñando piel? Una carcajada precede la respuesta: "¡En absoluto! Me incomoda mucho desnudarme ante la cámara. En aquel momento estaba algo avergonzado de mi cuerpo. Era embarazoso".
'Mucha gente quiere despreciarte por ser famoso'
Cuestra creerlo. ¿Robert Pattinson? ¿Prejuicios? Su protagonismo en 'Crepúsculo' ha disparado los furores inguinales de millones de adolescentes. Seguro que ligar es ahora más fácil. "En realidad, no".
Y ojo, se avecina una cascada de aforismos: "Creo que a las chicas les gustas cuando no te importa tu 'look'. Y filmando 'Sin límites' me sentía tan libre... Pero ahora estoy paranoico porque todo el mundo te juzga. Mucha gente quiere despreciarte por tu fama. Es extraño".
Pattinson como el artista de Cadaqués.
Que nadie se apiade de Pattinson, que el muy bribón se queja de vicio. "Mientras rodábamos en Barcelona había una chica que siempre me esperaba. Tuve una semana libre y como no conocía a nadie en la ciudad hablé con ella. Era muy simpática y bastante guapa. Parecía normal. Le pregunté por qué estaba siempre ahí, y me contestó que quería invitarme a cenar en el restaurante de sus padres".
Jugada maestra. ¿O estaca clavada en el corazón? "Ella me invitó, ¡pero me hizo pagar a mí! Vale que era el restaurante de sus padres, ¿pero quería una propina o qué? (Risas). Por si fuera poco, se aburrió tanto conmigo que nunca volvió. Quizá sólo me quería por el dinero".
O por tu melena indomable, Robert. Pattinson reconoce que nunca se peina: "Jamás. De pequeño, mi padre solía peinarme para ir a la escuela, y lo odiaba tanto... Cuando me hice mayor para peinarme solito, ya nunca lo hice".
'Tengo grandes objetivos en el mundo del cine'
La obsesión por la apariencia de Robert es congénita en la familia Pattinson. Hasta que cumplió 12 años, sus hermanas lo vestían de chica y lo llamaban Claudia. "Sí, bueno, eso suena un poco más extremo de lo que era en realidad".
Arqueamos ceja y pasamos a hablar de sus referentes fílmicos. Aunque admira a actores como Ryan Gosling o Romain Duris, Pattinson señala a Jack Nicholson como espejo en el que mirarse, porque "cambia de registro a su antojo y sin esfuerzo".
¿Y directores? ¿Para quién le gustaría trabajar? "Sería increíble coincidir con Milos Forman o Jacques Audiard. Creo que voy a seguir soltando nombres en las entrevistas, a ver si alguno me llama (risas). ¡Tony Gilroy!".
Ninguna estrategia es desdeñable cuando se trata de alcanzar la cima. "Creo que el cine es la mejor forma de educación en masa. Y tengo grandes objetivos, aunque todavía no estoy seguro de cuáles son. Voy a sonar como un idiota hablando de mis deseos, pero soy una persona muy ambiciosa. Muy ambiciosa".